18 de noviembre de 2010

Cultura Inca

Aproximadamente en el siglo XII una gran civilización se formó y expandió por el Sur de América precolombina, teniendo sus orígenes en la ciudad del Cusco. La civilización Inca, fue una civilización con un sistema de gobierno bien organizado; de sus orígenes poco se sabe ya que no desarrollaron la escritura. Existe una famosa leyenda sobre el origen del Imperio Incaico, esta leyenda dice que el Sol (deidad Inca), envió a sus hijos Manco Cápac y Mama Ocllo para dirigir a los pueblos, enseñarles sus conocimientos sobre cultura y tecnología. Según la leyenda, estos dos personajes emergieron de las aguas del Titicaca para buscar un territorio en el cual fundarían una capital para regir un gran Imperio.
  
En cuanto a la mágica cosmovisión de los Incas, ellos concebían al tiempo y espacio como algo sagrado, se regían por la dualidad; su forma de vida se basaba en ritos y explicaciones míticas.
La ancestral y milenaria cultura Inca, dentro de sus creencias, concebía a un mundo dividido en tres planos: Uku Pacha (mundo de abajo o de los muertos), Kay Pacha (mundo del presente y de aquí), Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal), que era el mundo en donde habitaban sus dioses, siendo el principal, el dios Wiracocha.

Cultura Nazca

La cultura Nazca se desarrolló en la época pre-inca, ubicada en  la costa Sur del Perú. La Cultura Nazca viene a ser una continuación de la Cultura Paracas, por su ubicación, características y costumbres similares que ambas poseen.
Durante los últimos años, arqueólogos han realizado estudios e investigaciones en la zona, sobre todo en la ciudad de Cahuachi, reconocida como el centro habitacional y ritual, más importante de la Cultura Nazca; en esta ciudad se ha hallado un gigantesco complejo ceremonial integrado por 34 pirámides, siendo de esta manera uno de los conjuntos más grandes de pirámides y plazas construidos durante la época prehispánica.
Nazca es además conocida mundialmente por los geoglifos dibujados en el desierto de la zona y su gran extensión, las enigmáticas Líneas de Nazca.
Los nazcas desarrollaron tecnologías de riego para desarrollar sus labores agrícolas, resultando un difícil reto de vencer por la aridez de la zona.
Desarrollaron también, como legado de los Paracas, el arte textil. Aunque en calidad no los pudieron superar, su trabajo se diferencia por  el uso y aplicación de una iconografía con imágenes estilizadas complejas. En cuanto a su cerámica, son reconocidos e insuperables por el colorido que emplearon en sus trabajos.

Cultura Mochica

La cultura Mochica se desarrolló entre los valles de Lambayeque, Chicama, Moche y Virú. Según los especialistas, los mochicas pueden ser considerados como los mejores ceramistas del Perú Antiguo, por el fino trabajo que desarrollaron y plasmaron en su cerámica.
Conocidos por su espíritu guerrero, escenas de lucha que fueron plasmadas en la iconografía de su cerámica, es por eso mismo que su cerámica es considerada como escultórica, realista, documental y pictográfica; en ella se observan aspectos de su entorno como testimonio vivo.
Las representaciones en las vasijas muestran detalles de la concepción de su mundo sobrenatural Moche, llenos de costumbres y creencias relacionadas a sus mitos, dioses, animales sagrados y distintas ceremonias. Los mochicas rendían culto a diferentes dioses, en este caso animales sagrados como zorros, búhos, colibrís, halcones y felinos, quienes actuaban como sirvientes de otras deidades mayores, que poseían forma humana de rostros fieros y provistos de colmillos entrecruzados. Los mochicas no le temían a la muerte, dentro de sus creencias ellos estaban seguros que después de la muerte existía una realidad similar a la que vivían en el presente; por eso mismo al momento de realizar sepulturas a personajes importantes las hacían en tumbas rectangulares de adobe con nichos especiales para ofrendas. El Señor de Sipán representa un ejemplo evidente de la suntuosidad con la que eran enterrados los grandes personajes, siendo provistos de máscaras metálicas, atuendos especiales, sirvientes y animales que acompañaban sus tumbas.